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Alimentos que NUNCA debe comer tu perro

by • 19 febrero, 2014 • MASCOTAS, TOP 5Comentarios desactivados en Alimentos que NUNCA debe comer tu perro10251

 

Su efusividad y persistencia logran hacer que hasta el más rudo flaqueé ante un perro viéndote comer.  Difícilmente podemos  ser lo suficientemente estrictos como para no darles aunque sea un pedacito de lo que estamos comiendo.

En ese momento no pensamos que su organismo no es igual al de nosotros y tratamos de complacerlos, sin embargo, hay sustancias que pueden ser mortales para ellos (obviamente consumidos en grandes cantidades), es importante que sepas cuales son.

A continuación te presentamos los alimentos que nunca debe comer tu perro.

 

CHOCOLATE:   Los perros también sufren queridos lectores,  desafortunadamente esta delicia no es benévola con los perros por la teobromina, sustancia que ellos asumen como tóxica y que les puede provocar: diarrea, jadeos, hiperactividad y llevado al extremo, un paro cardiaco.

 

AJO: Cual vampiros, los canes no soportan el ajo por el tiosulfato, sustancia  que mata los glóbulos rojos e impide que sus órganos vitales tengan el oxígeno que necesitan.  Si los perros comen ajo pueden intoxicarse al grado de tener vómitos, pérdida de apetito, dificultad respiratoria, sangre en la orina y hasta anemia.

 

CEBOLLA:  Sus consecuencias son similares a las del ajo pero más graves por su alta concentración de tiosulfato.

 

AGUACATE: De entrada, es rico en grasas (y esto no le hace nada bien a su hígado), además contiene persin, otra sustancia tóxica natural para los perros que se encuentra no solo en la pulpa, sino en el hueso, la cáscara y las hojas.

 

HUESOS:  Es errónea la idea de que a los perros les hacen bien los huesos, no por verlos felices comiéndolos quiere decir que sean buenos para su salud.   No solo les desgastan la dentadura, sino que les provocan heridas en la boca.  Un pedazo grande podría asfixiarlos en cualquier momento.

 

CERVEZA:  Si a nosotros no nos hace bien el alcohol, imagínate lo que le hace a un perro.  Sus efectos son hasta 10 veces más potentes en ellos, poniéndolos nerviosos al grado de poder atacar a alguien o hasta a sí mismos.

 

LECHE:  Dado que los perros carecen de enzimas que digieren los lácteos, los perros son intolerantes a la lactosa.  Consumir lácteos podría provocarles vómitos, diarreas y problemas gastrointestinales.

 

 

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