Todos lo hemos vivido en algún momento, pensar en irnos a un nuevo lugar y llegar a habitarlo trae consigo una serie de miedos por los que tenemos que pasar para poder hacer de ese espacio, nuestra casa.
Miedo 1: ¿Y si no me alcanza?
Antes de mudarte necesitas planear muy bien tus finanzas y tener un ahorro para gastos, principalmente de: mudanza, instalaciones (teléfono, luz, cable, gas…) y algunos muebles (casi siempre vas a necesitar comprar muebles para llenar nuevos espacios que antes no tenías). Una vez que hiciste el ejercicio de ahorro durante 3 meses viendo que, la renta y los gastos mensuales que tienen contemplados te salen, puedes mudarte tranquilo.
Miedo 2: Ruidos desconocidos
Quizá la primer semana tengas miedo, sobretodo por las noches al desconocer los ruidos habituales del lugar. Difícilmente estarás en una casa habitada por fenómenos paranormales o en donde trepe gente por los techos y paredes para meterse a tu casa mientras duermes.
Miedo 3: El boiler y tus pestañas
Al otro día cuando te quieres dar un baño y empezar a acomodar tus cosas, te das cuenta de que el boiler está apagado y tienes terror de prenderlo. Ya lo hemos hablado antes, lo primero que pasa por tu cabeza es verte quemado y sin pestañas. Toma nota de las recomendaciones de Dramas de Casa sobre cómo prender el boiler y trata de pedir ayuda al portero o a algún vecino con más experiencia que tú.
Miedo 4: No fuiste al super = no hay comida en el refri
El milagro de la comida lista para calentar en el refri se ha terminado, ahora la ecuación es muy sencilla: si no fuiste al super no hay comida. Es parte del shock de la mudanza darte cuenta de que ahora nadie se va a preocupar por si comes o no. La recomendación es hacer una compra quincenal y tomarte el tiempo de dedicar un par de horas a preparar comida que puedas tener a la mano durante la semana para evitar comprar comida rápida.
Miedo 5: Tus nuevos roomates: los bichos
Ahora sí no hay nadie más que imponga su rigor contra los malévolos bichos, te toca a ti enfrentarlos. Imposible dar un consejo de cómo librarlos, porque en esos momentos cada quién hace lo mejor que puede. Unos los agarran a chanclazos, otros acuden al matabichos en spray y algunos (la minoría), son más hippies, les hablan o simplemente los sacan de la casa con toda la paciencia del mundo.
¿Los animales pueden presentir temblores? Siguiente Drama:
Lo que no sabes sobre los preservativos