El primer minuto del 2012 tuve la fortuna de abrazarla y prometerle que en este nuevo año ella ya no se iba a sentir mal.
El dolor de su partida auguraba un 2012 profundamente triste, esa tristeza combinada con un cambio de rutina tan drástico en mi vida me tenía en un estado completamente gris, lo más parecido a la famosísima “nada” que tan bien describe Ende.
Cuando comenzaron a llegar los primeros rayos de sol del año, mi batería emocional se empezó a recargar con ellos. Ahora que estaba más adaptada a mi nueva vida y podía organizar mis días mucho más tranquila, era el momento de arrancar ese proyecto al que tantas vueltas le había dado desde hacía tiempo: Dramas de Casa.
Empecé a armarlo cual hormiguita hiperactiva, trabajando en la imagen, armando la arquitectura del portal, buscando información para poder generar el contenido, reuniendo a los cómplices perfectos del proyecto, escribiendo mucho y durmiendo muy poco… Fueron 5 meses de planearlo y empezar a tomármelo muy en serio.
En 2012 parí miles de letras cuando en algún momento de mi vida pensé que estaría dando a luz a mi primer hijo, así que lo menos que pude hacer fue impregnarlo con mi gusto, genética y manías.
Dramas de Casa fue mi tabla de salvación en medio de una tempestad.
Por eso, hoy no tengo más que darles a todos ustedes las gracias. Gracias por ser parte de todo esto, quizá no saben lo inmensamente importantes que son para mí cada uno de sus comentarios, sugerencias y visitas.
Este es mi sueño hecho realidad y tengo la enorme fortuna de poder vivirlo. Agradezco infinitamente a la vida por haberme puesto en el camino a personas que han creído en Dramas de Casa desde el principio y me han dado la oportunidad de darlo a conocer a través de ellos.
Gracias por hacer de mi 2012 uno de los años más entrañables de mi vida. Que 2013 nos llene de alegría y carcajadas compartidas con nuestros afectos.
¡Salud!
M.
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