Siempre me había auto denominado la reina de las porciones, creía tener el tino para calcular a la perfección la cantidad de jamón, queso, verduras y demás provisiones del hogar.
Todo parece indicar que mi don expiró cuando empecé a vivir sola pues las cantidades simplemente se me salieron de control. La lógica de comprar la mitad por alguna razón no resulta efectiva.
Pareciera una maldición, todo sobra y todo falta a la vez, lo típico es que me sobran huevos pero me faltan verduras (¿por qué no hacen cajitas de 6 huevos?). Voy al super y el placer de tener la despensa surtida me dura aproximadamente 24 horas (nada).
La semana pasada en un acto total de “rebeldía”, decidí no ir al super en 7 días a ver qué pasaba.
Sucedió lo obvio, me forcé a comer todo lo que tenía a la mano y de pronto me vi desayunando una tortita de arroz con media lata de atún y una rebanada de jitomate, poniéndole a mi licuado agua en vez de leche de almendras, frutos rojos congelados en vez de frescos… Viví a sopa de verduras y coliflor y brocoli hervido por 4 días consecutivos; la verdad, no tengo queja.
La comida monotemática es la base de la dieta del soltero de hoy.
Confieso que esto me llevó a entender a la gente que diario desayuna y cena cereal y quesadillas y que logra variar el mismo menú con la ayuda de elementos clave como: chipotle, queso, limón, salsa tampico, mayonesa, salsa Tabasco, habanero y catsup. Entonces logran hacer de una lata de atún, maravillas culinarias con estos sencillos elementos.
Sigo en la búsqueda de las porciones perfectas para una persona, debe ser parte de aprender a vivir en “mono” después de tantos años en “estéreo”. Se agradece infinitamente su retroalimentación.
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