Las conoces porque seguramente viste a tu mamá o abuela usarlas, pero ¿realmente sabes el por qué y para qué se usan las gotitas desinfectantes?
Las gotitas surgieron a partir de la necesidad de purificar el agua de la llave, se fueron desarrollando varias fórmulas hasta que llegamos a las que hoy en día encontramos en cualquier lado (desde supermercados hasta farmacias).
La evolución de la fórmula ha logrado que un par de gotitas desinfectantes ayuden a combatir a las bacterias y microorganismos causantes de enfermedades como: salmonela, cólera y estreptococos. La buena noticia es que, pese a que muchas veces son enjuagadas, siguen actuando durante varios días.
Es muy importante que a la hora de comprarlas te asegures de que la fórmula no contenga cloro ni yodo (nunca faltan marcas “piratas” que contienen estos ingredientes que a la larga pueden dañar tu salud).
Pero las gotitas desinfectantes no solamente sirven para matar los bichos del agua de la llave, las fresas y lechuga (este es su uso más frecuente), también se les puede (y es muy recomendable) usar para:
Carnes, mariscos y pollo: se deben lavar antes de cocinar ya que, al estar crudas, pueden ser escenarios ideales para microorganismos causantes de enfermedades como la salmonella, hepatitis, entre otros.
Artículos de cocina: como por ejemplo la tabla de picar, licuadora, batidora, espátulas, exprimidores… Prácticamente todo el tiempo están en contacto con alimentos crudos y, muchas veces, frutas y verduras sucias.
Flores: tendrán más vida si a tus floreros y al agua con la que las riegas agregas unas cuantas gotitas.
Heridas: increíble no? Una vez que hayas limpiado la herida, pon un par de gotitas en una gasa y colócala sobre la parte dañada. La mejor parte es que las gotitas desinfectantes no arden como el agua oxigenada o el alcohol.
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