(Efectivamente querido lector, la ortografía correcta de esos útiles recipientes de plástico con tapita es “tupper”)
Los tuppers son uno de los grandes inventos del siglo, poco a poco se han convertido en un arma de casa sin la cual no podemos vivir. Afortunadamente, conforme ha pasado el tiempo la “tecnología en tuppers” se ha perfeccionado y cada vez son más herméticos. Hoy los niños seguramente ya no sufren el mal del “sándwich remojado en agua de limón” en sus luncheras.
Lo que no se ha podido evitar es que los tuppers guarden olores ni que queden impregnados del color de algunos alimentos (betabel, jitomate, frambuesas…). Estas son las recetas infalibles para que no sufras de tuppers teñidos y malolientes.
– Llena el tupper con agua caliente y disuelve 1 cucharada de bicarbonato por cada 50 ml. de su capacidad con una tapita de cloro (un tupper mediano aproximadamente necesitará 4 cucharadas y 4 tapitas). Deja reposar 30 minutos y enjuaga
– Si el mal olor persiste, corta pedazos de periódico, llena el tupper con ellos y tápalo herméticamente. Déjalo así por un día, el olor tendrá que haber desaparecido
– El sol es un gran aliado de los tuppers manchados, después de la solución de cloro y bicarbonato, procura ponerlos una mañana al sol (directamente) para que vuelvan a tener su color natural
* Un tip útil para evitar que esto suceda es rociándoles spray para cocinar antes de vertir cualquier tipo de comida en ellos.
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