Ésta es la crisis más común en el clóset: que por “alguna razón mística y desconocida” desaparezca un calcetín, dejando soltero a su par. No lo tires de inmediato, dale su último uso antes de que lo jubiles. Su misión es limpiar a profundidad lugares y objetos de la casa sin que respiremos las bacterias que suelta el polvo al momento de sacudir.
Los pasos son muy sencillos:
1. Ponte el calcetín en la mano como si fuese un guante
2. Agrégale algún limpiador, depende qué estés sacudiendo, puedes usar cloro, agua caliente, etcétera
3. Dale una sola pasada a lo que estés limpiando, apóyate de los dedos para atrapar más polvo (puede ser un ventilador, persianas, lámparas, muebles y demás)
4. No lo sigas pasando, voltéalo y así tíralo a la basura
5. Usa todos los calcetines solteros que sea necesario, ¡no los reuses!
Bonus: También puedes usarlo para hacerte un bonito chongo, instrucciones acá.
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